Amigas son las amigas.

Como ya he mencionado, creo que uno hace al lugar donde vive. Comenzando por el espacio físico, pero fundamentalmente por la manera en la que puede relacionarse con el entorno.
A modo de ejemplo simplemente comento que en este preciso momento, si me asomo al patio podría transformar esa manera de estar identificada con el paisaje donde vivo, porque no se quien cornete es el recontra mil desubicado que un sábado a las 7 de la tarde se pone a golpear o a clavar como el padre de Maria chuzena y el ruido me esta taladrando la cabeza y soy capaz de tirarle con algo. Eso modificaría mi entorno actual.
Dejando de lado este detalle menor, vuelvo a la seriedad que me caracteriza, para intentar seguir con este post.
Ya les he contado que me mude muchas veces. Y hoy quiero hablarles de mis lugarcitos en Buenos Aires y esas relaciones, conocidos, amigos, vecinos, que fueron apareciendo en cada lugar.
Cuando comencé a viajar, sin todavía estar radicada en Buenos Aires, no tarde nada en hacerme notar en el hotel en el cual paraba habitualmente. No se por que, pero a mi al poco tiempo me conocían por mi nombre tanto las dueñas ( una igualita a Aschira y otra a Morticia Adams, adorables gallegas) como cada uno de los empleados de todos los turnos del hotel… Han rajado a otro para darme habitación… siempre alguna consideración conmigo… en ese momento, sumados a mis empelados, eran una especie de contenciòn en Buenos Aires.
Llego el primer departamento, y entonces ampliamos territorio. Barrio de San Telmo, por supuesto, primer amigo, el encargado del edificio, Don Manuel, que estaba en tan mal estado de conservación como el propio edificio. A Don Manuel nadie le daba bola, y yo con lo qu eme gusta conversar, y mi soledad a cuestas, hicimos una sociedad perfecta. Pero lo mas extraño, o tal vez lo mas normal, aunque aquí en Bahia no me pasa tanto, es la familiaridad que encontraba prontamente con la gente, ya sea dueña o empleados de los lugares donde consumìa (no drogas pesadas eh). Al poco tiempo era, amigota, al punto que me cuenten sus historias, sus cuestiones, y conozcan de las mias, y pasaba a ser cliente vip de alguna manera. Por ejemplo, en La Peruana, una `fabrica de cafè y anexos como mercadito, rotiseria, kiosco y lo que se les ocurra, a los pocos meses de mi llegada, ya habia articulos nuevos… Cosas que se traian exclusivamente porque yo las habia pedido alguna vez, y ahí estaban para Claudia. El mozo del bar de la esquina, Josè, me esperaba cada mañana y era capaz de arrancarle el diario de las manos a cualquiera para que yo pueda leerlo y venia y se sentaba a tomar un café conmigo, en las farmacias, jamas tuve problema para hacerme “confiable”, como para que me vendan algo que necesitaba sin receta. Mudanza, y esos amigos quedaban ahí. Pero no es que yo me mudaba y chau, al olvido. Seguia pasando a visitarlos. En el ùltimo departamento donde vivì, otro ejemplo, ni que hablar de Antonio, el encargado… no podia ser de otra manera y nos hicimos tan amigos que la cosa se amplio a nivel familiar. Sus hijas se quedaban en mi casa… si yo viajaba se llevaban a Brida a su casa, mi familia entablo amistad tambien con ellos… eran mi familia en Buenos Aires. Por supuesto que a pesar de vivir en una zona re paqueta, Barrio Norte, para mi el tema funcionaba igual que en otros lugares, y al poco tiempo, por cada negocio me conocian por mi nombre, y siempre conseguia algun privilegio. Alli tambien entable amistad con una vecina unos años menor que yo que al tiempo largo de tratarnos, resulto ser de Bahia Blanca y de mi mismo barrio. Laura… Con Laura sabiamos si estabamos disponibles golpeandonos la pared del baño. Y si del otro lado contestabamos con un golpecito al estilo “tataratata ta ta”, una se iba para lo de la otra tomar un cafecito. En esa època sume otro gran amigo. Roberto. Dueño de la inmobiliaria que me alquilo el departamento. Un señor con todas las letras que incondicionalmente me ayudo tiempo mas tarde para que yo misma pudiese vender el pub que con toda mi locura habia puesto en la calle Mario Bravo. Mientras los carroñeros acechaban, ( inmobiliarias varias que me tiraban el precio para quedarse con una buena tajada), Roberto me ayudò, lo publico con su telefono, lo atendia y me los mandaba a mi para que yo misma haga el negocio. ( otro dia les cuento sobre esa historia, porque con esa venta me convenci de poder vender cualquier cosa), El tipo no solo no me cobro un centavo, sino que ademas, me dijo uno de los piropos mas lindos que yo haya escuchado. Que un señor que puede ser tu padre, caballero, que jamas te falto el respeto ni tuvo una insinuación, te ayude, y encima te diga que en su vida habia conocido a poca mujeres tan tercas como para llevar adelante cualquier utopia, y que sentia una gran admiración por todo eso, fue muy fuerte. Eso me hizo pensar en las veces que hacemos cosas por agradar a otros, y de pronto se te cruza alguien y asi por que si, te compra como sos. En el pub hice muuuuuuuuuchos amigos!!!, desde el verdulero boliviano, hasta un bibliotecario judìo aque estaba fascinado porque yo le preparaba knishes de papa y strudell cuando me lo pedia, pero todo esto merece un capitulo aparte.
No es casual que yo haya pasado del primer departmento al ùltimo. Di un saltito y dejè el departamento a metros de la 9 de julio para el final. Alli si que hice amigos.
Como al año de vivir en ese edificio, conoci en la terraza a Viviana. Una medica a cuya patota me sumè y con la que saliamos bastante. Pero volvamos a la parte consumista de la cosa. En la planta baja del edificio habia un cyber, un kiosco, y no se que mas, en los cuales, yo ya era de la casa… al punto de dejarme a cargo de los boliches, si tenian que salir un rato. El cafè de la esquina en este caso, era mucho mas grande y popular que el otro. Asi y todo, yo tenìa alli tambien mis privilegios. ( gente increíble los mozos, pueden creer que después de 5 años vuelvo y me reciben con su calidez y amistad como entonces). En el cyber conoci a Edda, si…la Diaz!, la capocomica, con quien al instante, a pesar de la diferencia de edad, surgio una onda que nos llevo a ser verdaderamente amigas. Esa amistad continua hoy. Mi ùltima visita a Buenos Aires fue para ver una funciòn suya el dia de su cumpleaños. Edda es un ser maravilloso, y nos adoptamos mutuamente. Ya le dedicare un post a esta gran mujer.
En esa època yo tenia un autito que guardaba en la cochera de la esquina. Prácticamente vivia ahí el auto porque yo no lo usaba mucho. La cochera era de una mujer de mi edad, o un poquito mas, Claudia F. y de su marido. Claudia es hija de un diplomàtico boliviano, pero con total ascendencia arabe. De mas està decir que nos hicimos amigas.
En algún momento la cosa se habia puesto brava financieramente y yo pretendí sacar el auto y me pidieron que lo dejase alli, que para ellos era mas gratificante ver mi auto y a mi persona, que los 100 pesos que en ese momento se pagaban por una cochera fija.
La cuestion que con Claudia hablabamos de todo. Es mas… cuando yo salia a alguna “cita a ciegas o a vista”, ya que se hablo de este tema últimamente, Claudia era la primera en enterarse. Algunas veces se me confundian las historias, Porque Claudia F, es de esas personas que te hablan de otras personas con sus nombres como si vos las conocieras… (ej. “ porque asi le dije a marta el otro dia, cuando fuimos a cenar a lo de daniel , viste?, y Rosalia me contò que pedro, , y que juan….” Y uno por las dudas no abre la boca por miedo a que ya te haya dicho algo y no recordarlo. En esa época yo ya no era empresaria, ya había sufrido el embate de mi socio, y tenia tiempo, porque dadas las circunstancias personales y del país, era medio compliqueti reinsertarse laboralmente de un dia para el otro. Asi que mas de una vez, me he quedado cuidando la cochera si el encargado se enfermaba, o lo que sea. Realmente una linda amistad y muchas cosas en comùn con Claudi, con esa Claudia. Una tardecita en que el marido de Claudia podia quedarse en la cochera, Claudia insistiò en salir. Dale dale que nunca salgo , vamos a tomar algo a un lugar lindo. Yo estaba con las arcas bastante pobres, pero insistiò en salir, que se sentia afixiada, que necesitaba un poco de aire y…para que estamos las amigas?. Y salimos.
A pesar de recordarle a cada momento que yo estaba mas seca que lengua de loro, insistíò en invitar con eso de “la proxima pagas vos”. Fuimos a tomar un margarita a Puerto Madero, charlamos me contò de una prima que tenia en Francia, y cuando vino la prima y cuando ella fue a Paris, y asi, historias suyas, y yo mis realidades.
Una noche preciosa y Claudia no queria regresar. Propuso ir a cenar a un restaurante muy pero muy paquete. Yo, como imaginaran, “nena, estas re loca, vamos a comer cualquier cosa por ahí, que aca nos matan”. Ella “ No… dejame, yo te quiero tanto amiga que necesito que me dejes invitarte, dale dejate de embromar”. Y bue…
Nos ubicamos, al instante el maitre nos invito con una copa de champagne, y esta loca que le decia, “ gracias… y por favor, quiero el mejor mozo y el mejor vino para homenajear a mi amiga que ha llegado de Europa esta semana, y me preguntaban “ where come you from?.. y nosotras nos matabamos de risa. Y asi siguiò todo.
Claudia F, estaba mas gentil que de costumbre y eso ya era mucho decir. Me servia el vino, me preguntaba si estaba bien esto y lo otro y mientras, seguia la charla. Mi amiga definitivamente necesitaba hablar y hablar y hablar.
Transcurría la noche y volvia a la historia de la prima francesa, que cuando las separaron fue el dolor mas grande de su vida, y que la prima esto y aquello.
Comenzaba el invierno, sin embargo no hacia mucho frio y yo usaba una remera que adoro, sin mangas.
La charla seguía y en medio de la prima y eso y aquello al momento en que yo llevaba la copa a mi boca, escucho “ y vos tenes los hombros mas sensuales que jamás he visto en mi vida”. Esa frase estuvo acompañada de una mirada que me desnudaba. Imaginaràn que en medio del nerviosismo, primero me atragantè de la risa y segundo, dije gracias loca!, mira vos, los hombres me han piropeado algunas veces, pero nunca me dijeron nada sobre mis hombros, que loca mi amiga, jajajaja. Y jajajaja… ella…muy seria… “ Clau, te lo estoy diciendo en serio”. Y tras eso se vino la confesión empezando con un “creo que yo soy bisexual” y siguiendo con la afirmación. Soy bisexual, y no lo quise asumir pero ese fue el motivo por el que nos sepraron con mi prima francesa.
Glup, glup, ups, silencio, risas mezcladas con “Claudia, dejate de joder y no me hagas bromas”. Y ella con absoluta tranquilidad seguia diciendo que me adoraba y que yo le encantaba. A esta altura yo ya no sabia como seguir riendome para quitarle dramatismo a la cosa, porque empezaba a estar realmente incomoda. Mas nerviosa me ponìa yo, mas difrutaba ella.
Salimos del restaurante y ella queria seguir la noche… manejaba su auto… o sea… o me tiraba, o llevaba la situación con adultez ( que adultez…si bien tengo amigos y conocidos gay y adoro y respeto lo que cada uno haga con sus sentimientos, su sexualidad, su vida, es muy diferente porque el tema era que me estaba encarando MI AMIGA!!!).
Fuimos a San Telmo, al bar de la plaza Dorrego que esta abierto siempre y tomamos cerveza y yo hacia como que nada habia pasado pero inisitia en volver a mi casa y ella en quedarnos.
Finalmente la convenci, ( ya eran como las 4 de la mañana) y casi casi, yo comenzaba a creer que habia sido todo una broma. Hasta que en el camino de regreso, MI AMIGA, intento tocarme!!! Arme semejante berrinche y gritos diciendole que no me joda mas, que no me mienta, y que si era bisexual, me parecia barbaro, pero que yo no, y que no me joda, y que no arruine la amistad, y que… PARAAAAAAAAAAAAA CLAUDIAAAAAAAAAA.
Ahí parece que entendiò.
Me mirò con ojos llenos de amor, y me pidiò perdon, diciendome, “sabes que pasa Clau?, vos sos una persona “amable”… una persona para amar… es imposible no amarte”.
Y asi llegue a mi casa… En unas horas, mi amiga me habia atendido como pocos caballeros cuando uno sale a cenar, me habia confesado sus preferencias sexuales, y de alguna manera, me estaba declarando su amor.
No dormi.